Me inclinaré por quien manifieste su amor por el paÃs, su deseo de crear mejores condiciones económicas, sociales y de trabajo, un ambiente más seguro, relaciones más agradables y de respeto hacia mà y mis vecinos (aunque no piensen igual que yo)
Por LucÃa Navarro
Tratando de encontrar un tema del cual hablar con Máximo, mi hijo, le pregunté: “Si pudieras votar, ¿por quién lo harÃas? Mi pequeño, de nueve años, me respondió claro y directo: “Por ninguno de los dos, mamiâ€, (refiriéndose a Trump y Clinton). Luego le pregunté el porqué.
“Mira –me dijo–, Clinton piensa que las niñas son mejores que los niños y quiere hacer que sea más difÃcil para nosotros (los niños) el conseguir juguetes aquà en Estados Unidosâ€. “Trump –continuó–, quiere devolver a sus paÃses a todos los hispanos que están en el paÃs, lo que significarÃa que tú tendrÃas que regresarte a México y papi a Cuba y, entonces, que pasarÃa conmigo?â€, me preguntó.
No tengo la menor idea sobre lo que le hizo pensar que Hillary Clinton podrÃa hacerle perder acceso a lo más valioso para un chiquillo pero, me llamó la atención que supiera –aunque sin detalles– que la exsecretaria de Estado habÃa hecho “algo mal con su cuenta de correo electrónico†y lo dijo con un tono parecido al que usó cuando me dijo que el hermanito de uno de sus amigos usó sin permiso todas las gemas que Gavin, el amigo de Max, tenÃa acumuladas en uno de sus juegos electrónicos.
Aunque lo dicho por Max me hizo reÃr, luego reflexioné sobre cómo los niños perciben los mensajes en el ambiente polÃtico actual y sobre lo que nos espera para las convenciones de ambos partidos el próximo julio.Â
Suena lógico suponer que me inclinaré por quien manifieste su amor por el paÃs, su deseo de crear mejores condiciones económicas, sociales y de trabajo, un ambiente más seguro, relaciones más agradables y de respeto hacia mà y mis vecinos (aunque no piensen igual que yo), alguien que siga las reglas del juego y que entienda que escuchar es una habilidad muy valiosa para que podamos convivir sin problemas.
Si bien ninguno de nosotros es perfecto, el escenario polÃtico que enfrentamos en Estados Unidos nos muestra un panorama serio. Por un lado Trump, con sus bravucones comentarios sobre polÃtica internacional, polÃticas migratorias, palabras fuertes, desagradables, denigrantes y faltas de respeto sobre las mujeres y sobre quienes fueron sus oponentes polÃticos y su intención de un paÃs limpio de musulmanes.Â
En el caso de la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, la lista no se queda tan atrás. Si bien es cierto que su estilo es otro, hay detalles que me hacen preguntarme si sabe seguir reglas e instrucciones, si escucha, si más allá del perdonar las faltas de otro su ambición es tal que sigue de frente sin importarle ni el tipo ni el tamaño del agravio. Aunque debo admitir que para alcanzar sus logros en un mayormente masculino argot polÃtico, debe tenerse la piel bien curtida.
Según reporta Gallup, al 18 de mayo de 2016, entre los adultos en Estados Unidos, Trump tiene una opción favorable del 31 por ciento contra un 61 por ciento no favorable. Hillary Clinton tiene un 40 por ciento de opiniones favorables entre los adultos en el paÃs pero un 54 por ciento opina desfavorablemente sobre ella.
¡Oh, Boy!, como se dice en inglés. Ante el panorama creo que la idea de mi hijo sobre por quién votar en noviembre es Miss Molly McDonald, su maestra de tercer grado pues, además de que los 21 alumnos que tuvo este ciclo escolar la adoran, Max dice que es “agradableâ€, “siempre te escucha†y “sabe decir las cosas muy bienâ€.
Asà que: ¡Molly McDonald para Presidente!
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